Los equipos de ejercicio son grandes aliados para mantenerte en buen estado físico. Sin embargo, cuando los cambias por otra actividad o simplemente deseas dejar de entrenar por un tiempo, necesitarás trasladarlos a un depósito de alquiler para así desocupar espacio en tu casa.
Y, seamos sinceros, es muy poco probable que tengas la fuerza de Arnold Schwarzenegger como para mover todos esos metales por tu propia cuenta. Por eso, en Safe Storage te explicamos cómo trasladar equipos de ejercicio de manera efectiva y responsable.
1. Busca ayuda
Al igual que el ejercicio en sí, una de las partes más importantes es conocer tus límites. Puedes pensar que eres fuerte, pero la mayoría de los equipos de gimnasio pesan varios cientos de kilos.
Asimismo, las elípticas, las cintas de correr y las bicicletas estáticas son todas grandes y, a menudo, difíciles de levantar por tu cuenta.
Por lo tanto, moverlos es un trabajo de equipo. Llama a tus amigos o familiares y pídeles ayuda. Si no cuentas con nadie, considera contratar profesionales por una hora, pues con dos o tres pares de manos adicionales, el traslado será mucho más fácil.
2. Desarma cuando y donde puedas
La mayoría de los equipos de ejercicio se pueden desmontar al menos parcialmente. Esta acción reduce las dimensiones y el peso. Con un destornillador y tiempo suficiente, podrías desarmar completamente tu caminadora. Aunque, obviamente, no es necesario, pues armarla te tomará el doble de tiempo.
En su lugar, busca piezas grandes que se desprendan fácilmente. Algunos equipos incluso tienen componentes plegables diseñados para su traslado y almacenamiento. Aprovéchalos siempre que puedas.
Si no sabes qué desmontar, consulta el manual. ¿Ya no lo tienes? Escribe el nombre del producto en línea, seguido de la palabra «manual» y probablemente encontrarás exactamente lo que estás buscando en formato PDF.
3. Acolcha tantas superficies como sea posible
Evita uno de los siete errores más comunes al mover tus cosas a un depósito de almacenamiento y ten en cuenta que los golpes son el mayor riesgo que corre tu equipo de ejercicio al momento de ser transportado. Por lo tanto, además de llevarlo con cuidado, debes proteger la mayor cantidad posible de sus superficies exteriores y mantener todo en perfecto estado durante el transporte.
¿Qué puedes usar como amortiguación? El plástico de burbujas es tu mejor opción, pero, el papel film también funcionará.
La espuma es otra buena alternativa y puedes colocarla en algunas entradas estrechas y esquinas expuestas de tu hogar para así no dañarlas al momento de retirar el equipo.
4. Para viajes largos, ponlo sobre ruedas
Incluso con el desmontaje y ayuda adicional, sacar los equipos de tu casa puede ser difícil. Por eso, una forma de aliviar los problemas de trasladarlos del espacio A al punto B es poner el equipo sobre ruedas.
Lo más recomendable es una plataforma rodante para muebles, pues son capaces de transportar artículos grandes como sofás, tocadores y mesas, por lo que también son lo suficientemente resistentes para tu equipo.
5. Acondiciona el vehículo de traslado
Para transportar tu equipo de ejercicio es muy probable que vayas en un automóvil o camión, para esto debes acondicionar el medio de transporte con anticipación.
Si usarás un camión de mudanzas profesional, recomendamos usar sogas. En caso de que cuentes con un vehículo más pequeño, las cuerdas elásticas funcionarán bastante bien.
Si lo transportas en tu propio automóvil, consigue almohadas o cajas de repuesto para colocarlas a cada lado, pues en el caso de que alguna soga se suelte, te servirá de gran ayuda.
Para cargar y descargar en vehículos grandes, confirma que tengan una rampa para evitar posiciones de elevación peligrosas. Asimismo, si planeas almacenar tu equipo de ejercicio en una unidad de almacenamiento, intenta elegir uno con accesibilidad desde el vehículo. Esto acortará en gran medida la distancia que tendrás que trasladar.
6. Configura tu espacio
Tu equipo terminará en algún lugar. Ya sea que ese lugar sea una sala de estar espaciosa o una unidad de almacenamiento, querrás prepararlo para su llegada con anticipación.
No importa dónde lo coloques, para acondicionar el espacio donde estará, debes despejar el camino que tendrás que recorrer para llegar. Empieza por la puerta principal, traza un mapa de ruta y asegúrate de que no haya nada en el piso que pueda generar problemas.
Para un fácil montaje (o desmontaje), recomendamos despejar un espacio que sea significativamente más grande que tu propio equipo. Si lo vas a colocar en una unidad de almacenamiento, asegúrate de que no haya nada alrededor que pueda caer sobre tu equipo.
Asimismo, cerciorate que no aplaste ningún otro objeto que se encuentre en el lugar. Otra recomendación es cubrir el equipo con una sábana o una funda especial para muebles.
También, puedes seguir algunas formas para optimizar tu depósito de almacenamiento.
7. Verifica tu equipo y su garantía
La última recomendación para transportar tu equipo de entrenamiento es probar que funciona tanto al inicio como al final del proceso. Enciéndelo o prueba usándolo para saber si se dañó o no. En caso de no hacerlo, el siguiente paso es verificar la garantía (es una buena idea hacer esto al comienzo de la mudanza).
La garantía te permitirá saber qué está cubierto y ello te dará tranquilidad. Si vas a guardar tu equipo de ejercicio en una unidad de almacenamiento, es posible que desees invertir en un seguro de unidad de almacenamiento en el raro caso de que ocurra un accidente en tu unidad.
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